Nuestras actividades como enfermeros no deben suplir las
acciones que aún pueden realizar nuestros pacientes, sino que debemos de
aportarle los recursos necesarios para que las realicen ellos mismos, a esta
tendencia se le llama “poder liberador”.
Hoy en día los enfermeros estamos utilizando esta herramienta, cada vez más, para, a
partir de la valoración de las necesidades de nuestro paciente, elaborar un
plan de cuidados efectivo mediante etiquetas diagnósticas recogidas en la
NANDA. Nos marcaremos unos objetivos, descritos en el NOC, con unos indicadores
que nos ayuden a evaluar el proceso en un futuro. Posteriormente, elegiremos
las intervenciones más adecuadas para nuestro paciente en el NIC. Con él,
trabajaremos las actividades necesarias para conseguir los objetivos marcados
anteriormente.
Otro uso que se le da en la práctica diaria tanto en atención primaria como en el entorno hospitalario es el de cuantificar el trabajo que se realiza en el día a día.
Como se cita en el artículo que introducimos a continuación cada vez tiene más relevancia y hasta un 75% de las enfermeras han utilizado esta metodología.
Como se cita en el artículo que introducimos a continuación cada vez tiene más relevancia y hasta un 75% de las enfermeras han utilizado esta metodología.
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